lunes, 21 de diciembre de 2009

¿Cuántas Navidades tienes tú?


En esos días en que la palabra Navidad es una de las más nombradas Brisa se preguntó por su significado. Caminaba hacia la parada del bus cuando pensó que el día recién comenzaba y faltaba mucho por vivir. Cada vez que llegaba esta fecha se sorprendía y cada año aún más. Se miró a través del cristal del edificio de metal. Aquel edificio parecía encenderse cada vez que el sol pegaba contra él y refractaba la luz, la luz que le devolvía su imagen de sombras. Reflexionó entonces en qué luces se habían encendido desde la Navidad pasada. Creyó en ese instante en que la vida es un brillante que tiene muchas caras y los hombres elegimos cuál de todas queremos ver. Para los ciegos los ojos son las manos, para los sordos los oídos son los ojos, para los mudos las palabras son los sentimientos, para los necios la inteligencia, casi un imposible y para los inteligentes las experiencias, los aprendizajes.
De pequeña le habían enseñado que la Navidad era un nacimiento y más allá de Jesús el preludio de una bienvenida a un año nuevo, a una nueva luz, a nuevas experiencias, a nuevos aprendizajes, a nuevos oídos, a nuevos ojos, a nuevos sentimientos. Pero la realidad no coincidía con aquella idea temprana e ideal de lo que era la Navidad para muchos o tal vez para la mayoría. El siglo XXI se había instalado en su retina para abrumar cualquier reflexión. Parecía haber mezclado los valores y repartir con las cartas de la fortuna. Del nacimiento habíamos pasado al precio como sin darnos cuenta. El precio de un trabajador se medía en botellas de cava, el amor filial en la última versión de la play station y la concordancia de géneros con el título “Las mujeres que aman demasiado”.
Qué olvidados tenemos a los significados y con qué poco podemos significarnos.
Brisa aquella mañana llegó a su trabajo con un millón de interrogantes y una caja más pequeña y diferente a la de sus compañeros la esperaba para premiar su desempeño. Debía agradecer ser tenida en cuenta, ya que peor era que no se acordaran de ella. Hacía tan sólo días que trabajaba como “refuerzo de Navidad” en una tienda de la Plaza Mayor. El lote de Navidad, el regalo empresarial, el presente de fin de año o como quisieran llamarle estaba allí tímidamente apoyado en un rincón, esperándola y recordó entonces que estábamos en el mundo de la cuentas. ¿Cuánto vale aquel reloj? ¿Cuánto vale tu tiempo? ¿Cuánto cuesta aquella idea? ¿Cuánto cuesta tu talento? ¿Cuánto vale una caja de bombones y cuánto tu esfuerzo? Cuánta paciencia, cuánto de caja, cuánto de tiempo, cuánto de esfuerzo. ¿Cuántas Navidades tienes tú? ¿Cuántas luces se encendieron? ¿Cuántas cosas aprendiste? ¿Cuánto sabes? ¿Cuánto vales? ¿Cuánto dices? ¿Cuánto quieres? ¿Cuánto sirves? ¿Cuánto crees? ¿Cuánto amas? ¿Cuánto naces? ¿Cuánto vives?

PD: ¡Feliz Navidad y Feliz 2010 para todos!

viernes, 27 de noviembre de 2009

Renacuajito




http://www.youtube.com/watch?v=2ONRLOkhqvU


"Había una vez un renacuajo tan chiquitito que todos le llamaron Renacuajito. Nació a la orilla de un río de un bravo verano cuando el sol caía con fuerza en la arena e iluminaba las sombras. Pasadas las horas, Renacuajito supo que quería quedarse en aquel lugar, aunque la tempestad de la noche lo hiciera sentir aún más pequeño y no le alcanzaran las ramas de los árboles para cubrirse. El viento lo sacudía fuertemente pero él continuaba amarrado al tronco de un árbol sabio que le había dicho que cuidaría de él, que sólo debía confiar y seguir luchando. Renacuajito siguió luchando porque lo único que deseaba era volver a ver el sol de la mañana para que le calentara el corazón. A la madrugada, Renacuajito habló con el árbol sabio y le dijo:
- ¿Por qué los renacuajos nacemos sin patas?
Y entonces el árbol sabio le dijo:
-Porque ahora no las necesitas. Aún no sabes caminar pero ya empezarás a hacerlo. Sólo confía en mí y ellas crecerán poco a poco.
Renacuajito no entendió bien las palabras del árbol sabio pero supo que debía esperar. Aunque no tenía patas, tenía cola y un amigo que lo escuchaba. Así pasaron las horas y al cabo de algunos sueños Renacuajito se fue despertando lentamente con la luz del nuevo día y con la esperanza de que muy pronto sus patas crecerían y le permitirían saltar".

Querido Matías:

Este es el primer regalo que te hice hace casi tres años atrás sabiendo que había aprendido a valorar una vez más las pequeñas cosas de la vida. Hoy fortalecida con tu ejemplo y la de tus papás, me animo a decir que tu vida será un aprendizaje para todos. En este importante y nuevo paso que estás por dar te acompaño con mi corazón abierto y deseo que pronto, muy pronto puedas escuchar las voces de nuestros deseos y así desarrollar el lenguaje de tus propios sueños.

¡Te quiero mucho!

La tía Carlita

lunes, 16 de noviembre de 2009

Contra el día de hoy


Odio los días en que uno debería estar contento y no lo está. Hay sol en el cielo, ruido alrededor, música en la radio pero una sensación de insatisfacción y agobio en el corazón. Hay días en que uno necesita de una palmada en la espalda que calme tanta contractura y distienda la mochila que llevamos cargada. Hay días en que uno busca entre sus páginas la mejor sonrisa de perfil para alentarse y nuevamente vuelve a repetirse que todos los días volvemos a empezar y que hay que seguir con la frente alta y la energía en positivo. Pero estas palabras caen como en una habitación de ecos que no alcanzan para el día de hoy, no son suficientes. Qué pasa cuando nos transformamos en portadores de la diplomacia social, en dadores de la energía universal, en cuentacuentos de historias divertidas, en sanadores de heridas propias, en motores de irrealidad, en solcitos de días fríos y en saludables carcajadas sostenidas por frases graciosas. A veces nos quedamos sin fuerzas. Hay días en que uno está en rojo, en naranja, en verde y otros en rosa pálido o azul claro. Hoy me he quedado con la paleta de los pasteles, a ver si mañana me levanto y otra vez brillan los colores, se saturan los sentimientos y nacen las flores. Hay que aprender a guardar un reservorio de ganas de la vida, almacenar en un rincón del cajón un poquito de sonrisas, una tajadita de chispas que nos enciendan la sangre cuando las pulsaciones se hacen más lentas y parecen apagarse. Alguna vez me dijeron que era un fueguito que brillaba con luz propia y hoy sólo me siento un fosforito que hay rasparlo para que se encienda y agitarlo al aire para que se haga más grande. Me dan bronca estos días en que uno no sabe por qué pero no quiere mirarse al espejo, no quiere encontrarse. Son esos días de humedad en que a uno le duelen las cicatrices de heridas curadas y cualquier cascarita que nos haga vulnerables. A veces es necesario no estar tan bien parado, no tenerlo todo listo, no ser tan intenso y tan visceral, no ser tan extremo. Pero uno no puede ir en contra de lo que es, en contra de la naturaleza. Aunque también es natural descansar, cerrar los ojos y no hacer de serenos para el mundo. Hoy voy a desaparecer del mapa, hoy no estoy para nadie más que para mí, hoy recibo a domicilio mimos en una cajita, hoy llamo a un delivery de besos para el alma y me compraré en la farmacia las vendas para los golpes de mis caídas. Hoy desayunaré silencio, comeré almohadas y me ducharé con agua de rosas. Me embriagaré sin ninguna razón y justamente por la sinrazón de estar revelada contra el día de hoy.

martes, 3 de noviembre de 2009

Dinamarca, Kilo, y griega


Noa y Gabriel se encontraron en Dinamarca el invierno de 2008 cuando Noa iba en busca de un fin de semana de distensión y naturaleza, mientras Gabriel ponía música en el Hygge Bar, acogedor y cómodo bar de copas del centro de Copenhague. Ambos buscaban en los bosques daneses un clima que los transportara a otra realidad. Hacía meses que sentían que sobrevivían en medio de una espiral que no los dejaba avanzar y sólo cumplían con sus obligaciones.
Gabriel tenía en su coche dos sillas de bebés y una media sonrisa hasta que conoció a Noa. Noa, amores incompletos y ganas de escapar a un sitio que volviera a ilusionarle. De repente aquella conversación les haría creer más tarde en que la vida tiene sentido justo porque existen momentos que no se saben que son especiales hasta que no pasa el tiempo y los recordamos como tales. La abuela de Noa le había enseñado a hallar un kilo de ilusión en el corazón de alguien. Le había dicho que nunca dejara de sonreír y que su energía la acompañaría para siempre. Hay gente que despierta nuestros mejores sentimientos de una manera inexplicable, hay gente que nos hace brillar desde el mismo momento en que la conocemos, hay gente que nos enciende para nunca más apagarnos.
En una conversación de sábado a la noche en un bar del centro de una isla dos almas pudieron coincidir. En Dinamarca, por un kilo de ilusión Noa y Gabriel encontraron su “i griega”, una conjunción que uniría dos palabras afirmativas: tú y yo.

martes, 27 de octubre de 2009

El último deseo


Lita se animó a pensar en su último deseo en la vida porque dos horas más tarde la muerte la convertiría en un cadáver.
Ella no sabía con cuánto tiempo contaba pero tuvo el suficiente para soñar despierta, aún despierta y desear.
Quién sabe si después de muerta no estaría más despierta o ya estaba empezando a despertar.
Deseaba tener una asamblea con todos los hombres de su vida en que cada uno pudiera reivindicar sus falencias. 5 minutos para cada uno. Blo la dejaría volar y respetaría sus ganas de estar en el aire. Mán dejaría de considerarla una niña para tratarla como una mujer. Nuel le confesaría que la había amado a pesar de tanta vertiginosidad en sus movimientos. Klin vendría a verla de una vez por todas. Liano le regalaría algo más que dos noches de amor desenfrenado. Ro la pasaría a buscar para ir al teatro. Ran la invitaría a ese café que nunca se bebieron. Ciano la haría vibrar una vez más pero de manera inteligente. Laides la besaría finalmente en la boca y Avo planearía una vida juntos. Y así pasarían 50 minutos para disfrutar la última hora y diez para la revancha. Aquella asamblea sería un harem, un harem de una sola mujer y un conjunto de hombres que habían tocado su corazón para amarla por última vez y que ella pudiera morir justo en la cúspide más alta de la orgásmica pasión, justo en la cima de la montaña del placer, justo cuando la admiración le chorreara el cuerpo y la hiciera sudar hasta el cansancio final.

martes, 20 de octubre de 2009

Amor farmacológico


Anna sabía que se trataba de un amor platónico, de esos que hacen sonreír hasta en los días sin colores. Paseaba de la mano de sus sombras cuando una vez más se inventó un pretexto para entrar a verlo. Una aspirina, un gelocatil, un angileptol, unos granitos en la frente, un medirse la tensión, tensión que no puede medirse con tensiómetro. Él, 29, ella, 31. Él con una sonrisa abierta y movimientos tímidos, pausas, intervalos de pensamientos, explicaciones profesionales, interrupciones, consejos y comentarios de farmacéutico de barrio. Ella como de ventanas al mundo, floreciendo en cada paso dado y desparramando seducción, segura, simpática y buscando comentarios que pudiesen alimentar un poco más a esa historia imaginaria, a esa ráfaga del día en que deseamos sentirnos amadas, admiradas o miradas por ojos masculinos.
Cuando Anna se sentía baja de moral entraba a su habitación, elegía un vestido, se maquillaba los párpados y salía a encontrarse con el sol de frente o con el aire en la cara y entonces pensaba en una buena idea para mimarse, en una linda manera de sentirse contenta y así conseguía darle de comer al alma y continuar sonriendo por tonterías. Había aprendido este lenguaje y a pesar de ser muy social a veces necesitaba estar consigo misma y con sus aventuras de la intimidad.
Creía que nunca pasaría a otra fase porque cada vez que se paraba en la plaza miraba hacia la farmacia y cuando estaba él tomaba fuerza y se animaba a entrar, sólo para regar sus ansias, sólo para observarlo, sólo para pensar que tendría sus cinco minutos de gloria, sólo para averiguar si la llamada que cogía en ese momento era de un amor verdadero o sólo de una historieta fugaz. Le intrigaba saber si ese hermoso corazón estaba ocupado, si ese rico bombón ya tenía destinatario, si alguna vez habría alguna oportunidad de saber algo más que lo que la intuición le hacía creer. Se había transformado en un desafío, en un juego de originales rutinas, en una chispa que nunca se sabe cuándo se encenderá.
Entró justo pisando en el sensor que hiciera abrir la puerta para verlo y escabullirse entre la gente para esperar su turno y ser atendida por él. Él sabía su nombre, qué cremas usaba, qué muestras le había regalado, cómo tenía la piel y qué reacciones provocaba el gel de Seba Med. Él sabía tan poquito de ella y ella con tantas ganas de ponerlo al tanto. Cuando le hablaba de las propiedades de una crema su imaginación volaba y pensaba en esas manos que en ese instante tenían su tarjeta de crédito acariciando su rostro, sabía que su piel terciopelo nunca había tenido tanta sed. Sabía que poseía sobrantes de nutrientes y una alimentación sana en sueños imposibles. Sabía que se le bajaba la tensión cuando estaba baja en autoestima y entonces visitaba al farmacéutico para que hiciera de azúcar o de jamón serrano para el alma.
Esperó su turno, respiró hondo, lo miró con ganas detrás de sus gafas y luego desplegó su mejor sonrisa para destapar sus ojos con sus lentes a modo de diadema. Ese día estaba más guapo que nunca, en su piel aún le quedaban los resabios del verano, de un verano de playas y vacaciones disfrutadas. Hubiera querido prolongar la estadía como en un hotel, pero se trataba de una farmacia en la que cuando uno acaba de comprar debe retirarse porque ya está el próximo cliente esperando. Aunque en esta farmacia uno no se siente un cliente, uno se siente un integrante más del barrio, una cara conocida, una sonrisa deseada, una mirada encontrada en el laboratorio de las ilusiones, uno se siente alguien, alguien que alguna vez se encontrará con alguien y recibirá la llamada, la caricia en el rostro y una invitación a sonreír sin ningún fármaco.

miércoles, 14 de octubre de 2009

El Born


Sábado por la noche. Eran casi las 02:00 de la madrugada del domingo. Caminábamos con Ale por el Born, uno de los barrios que en los últimos años se ha puesto de moda en Barcelona, característico por la majestuosa presencia de la iglesia de Santa María del Mar, callejones antiguos e infinidad de bares, restaurantes y boutiques de diseño. Nos acercábamos a un bar de copas que tiene el mismo nombre que el barrio, se llama El Born, cuando de repente nos confundió el panorama: camisetas de Argentina salían como entre los empedrados y los gritos de fuerza se respiraban en el aire, mientras una señora a nuestro lado nos ofrecía unas empanadas con acento argentino. Argentina jugaba uno de los partidos más importantes por las Eliminatorias 2009 para el Mundial de Sudáfrica contra Perú. Nosotras buscábamos la pizzería del Born, la pizzería de al lado, la pizzería argentina para comprarnos un alfajor de maizena, mientras el vendedor nos dejaba a media palabra para correr a ver el gol de los 90 minutos que le dio la victoria a Argentina en el bar de al lado, al que íbamos nosotras, cuando una guiri alemana nos preguntaba cuál era el de maizena, ella sólo conocía el de chocolate. Comimos el alfajor finalmente al son de la cantata popular “Vamos, vamos Argentina, vamos, vamos a ganar”. Acabábamos de salvarnos de la muerte de las ilusiones, acabábamos de resurgir como el ave Fénix y tan rápidamente volvíamos a soñar, a tener esperanzas y a creer que ganaríamos el próximo partido, todos los que siguieran y hasta el Mundial. Qué rápido vamos, qué tumultuosos somos, qué exitistas, qué entusiasmados. Tan de prisa como un flash el Born se convirtió en un reducto argentino. “¡Hola viejo! ¿Lo estás viendo? ¡Viste cómo se tiró Maradona a la cancha! ¡Qué grande Palermo! ¡Cómo sufrimos!”. Con Ale nos miramos como desconcertadas, habíamos tenido unos minutos de un viaje imaginario, un no saber dónde estábamos, un momento de argentinidad.
Entramos al bar, confirmamos el resultado con el bombón del camarero que también era argentino, que nos puso Los Piojos para terminar la noche y nos ofreció un platito de maní, una Quilmes y una pasta frola.

sábado, 3 de octubre de 2009

Manifiesto del desnudo


Uno se desnuda todos los días para ducharse, para cambiarse de ropa, para que lo revise el médico o para ir a dormir casi como un acto reflejo y de manera automática, pero el verdadero desnudo es el que realizamos pensando en el otro. En realidad el mejor desnudo es el que imaginamos: en negro, en blanco, de colores, con elegancia, desenfrenadamente, con sutileza, con la libido en el cielo, con desfachatez, con desparpajo, con entusiasmo, con libertad, con timidez, salpimentando según qué partes, descubriendo según qué rincones, sabiendo a dulce de leche y chocolate, sabiendo a fuego, sabiendo a juego, embriagando la cabeza con un alma que late y se endulza de nuevo. Dicen que entre comer y amar hay un límite muy estrecho, así que siempre cenar juntos es una buena manera de querernos, alimentando el cuerpo con el placer de disfrutar del sabor del encuentro y las buenas companías. Por eso una pasta, una pizza, una sonrisa, un alfajor, un mate, una alegría, un pensamiento, un buen regreso, un desnudarse por un rato, imaginar, estar completo.


Espero que os haya gustado y que cada uno elija cómo desnudarse frente al otro…

Dedicado especialmente para el Team Barcelona

lunes, 7 de septiembre de 2009

Balance







Me regalé 6 meses de encuentros, 6 meses de emociones, 6 meses de sensaciones innumerables, de broncas, de desilusiones, de entusiasmo, de viajes, de aprendizajes y de conocimientos. Me regalé la posibilidad de buscar y encontrar las respuestas, la oportunidad de enfrentarme con mí misma, la alegría de saberme entera. Me permití el beneficio de la duda y las cavilaciones, me dejé llevar por mi voz interna que me decía allí tienes que ir para luego saber dónde volver. Volé, volé lejos para conocer la constitución de mis alas, la identidad de mis acciones, el sello de mis formas. Probé cada sabor de los días como un muestrario de colores inimaginables. Me puse a prueba en cada situación: gané, perdí, luché, amé y decidí. La verdad estoy fortalecida, movilizada y también enérgica.
Como es humano me han rondado la casa los miedos y las dudas, a veces hasta paralizarme y otras hasta ofuscarme pero lo desconocido se ha transformado en diferencia y reconozco que el saldo es positivo.
Todos los días volvemos a empezar y en este volver a empezar uno recoge el ramillete de energías que lo acompañan en el camino. En este caminar me llevo los frutos de viejas amistades, nuevos amigos, encuentros irremplazables, familia insustituible, barreras derribadas, segundas oportunidades, cierres de etapas e historias, metas cumplidas, desafíos enfrentados, plenitud de momentos y conquistas. Sí, he conquistado terrenos desconocidos que hoy ya me pertenecen y nada ni nadie podrá quitármelos porque la mayor riqueza está aquí dentro, dentro de mi corazón, dentro de mi cabeza, dentro de mis ojos, dentro de mis recuerdos, dentro de mis vivencias.
Gracias a todos los de aquí y los de allí que hicieron fuerza conmigo para que yo pudiera parir mis decisiones y estar contenta. Gracias por cada sonrisa que fotografío en mi alma para seguir pedaleando. Gracias por enseñarme a dar el empujón y continuar. Gracias a la vida por haber aprendido que lo único importante es el presente y que nada es definitivo.
¡Gracias Argentina! ¡Gracias España!

lunes, 17 de agosto de 2009

Reflexiones de madrugada



Cuando uno crece se da cuenta que debe poner límites para que los demás respeten los espacios y los tiempos y no invadan terrenos que no les pertenece. Uno no puede vivir su vida en función de lo que los demás esperan de uno, sino en función de sus propias necesidades. Las respuestas que no se tienen ahora alguna vez llegarán si permanecemos en la búsqueda, pero nunca habrán existido si no nos hacemos preguntas.
Prefiero despertar a quedarme dormida, prefiero investigar a no saber, prefiero tener un no a un sí a medias, prefiero hacer lo que puedo a lo que debo, prefiero relajarme y disfrutar que estar exigiéndome, prefiero ser libre a sentirme atada, prefiero volar a caminar firme, prefiero callar si no tengo nada que decir.
Hay cosas que caen por su propio peso, que maduran y te hacen evolucionar. Tengo una amiga que dice que cuando da un paso adelante es porque ha pasado a la siguiente pantalla del juego, del juego de la vida. Yo creo que hay que aprender a elegir con calma y también con la responsabilidad de las consecuencias. Es necesario probarse todo el tiempo porque de esa manera nos conocemos y en la medida en que nos conozcamos podremos escoger con qué nos quedamos y qué desechamos.
Tengo otra amiga que dice que no se puede tenerlo todo en la vida pero ella me ha enseñado a sacarle el jugo a lo que tengo y eso es lo importante. Siento que si mis heridas se curan no tendré miedo a lastimarme nuevamente porque sé que todo pasa y todo queda, pero lo imprescindible es el presente.
Qué difícil es lograr la serenidad, aún sabiendo que no poseemos el control de todo, pero qué inmensamente necesaria.
Qué harán los secretos a la madrugada, se esconderán en los cajones para que no los encontremos. Qué harán las letras de las canciones por las noches, se guardarán entre los pliegues de los amantes, que harán los pétalos, qué hará esa silueta en esa pared de enfrente, qué hará Pedro, qué hará Sofía mientras yo estoy aquí pensando.

viernes, 7 de agosto de 2009

Bona nit!







A l’hivern i de l’altre costat de l’oceà aquesta és una nit de lluna plena i fa una estona només que vaig rebre un missatge de un amic que deia que habia millorat molt el meu català i que pròximament podria escriure un text al meu blog en aquesta llengua i per aixó aquí estic intentant-lo.
De cop i volta, aquesta frase “de cop i volta” ressona en el meu cap per recordar-me que trobo a faltar l’altre part de mi, la part que vaig deixar fa cinc mesos enrere quan vaig partir a l’Argentina. Diuen que tu mateix ets el resultat del que has viscut i ara pinso que ja no tinc un sol origen, que ja no sóc de una sola terra, que ja m’han conquistat sense adonar-me. Diuen que quan un imagina en una altre llengua és perque potser ja és part de ella i de tota una cultura que está al voltant. Si, trobo a faltar la casa meva, els meus amics, la gent, els carrers, les rambles, el mar, la muntanya, el dinamisme i la correcció de una ciutat com Barcelona. Barna neta, Barna boja, Barna feta i per fer.
Vaig viatjar al meu lloc familiar per fer-me preguntes i per trobar respostes i sense voler les he trobat. No ho sé si son les quals buscava però sí les quals tinc ara i això és important. Ara sé que sempre viuré entre dues bandes, ara sé que pertanyo a dos llocs molts diferents peró que jo mateixa vaig elegir el meu camí, el meu món, el meu espai i també sé que quan estigui allí “extrañaré acá” i cuan estigui aquí “trobaré a faltar” allí. Aquesta és la meva conclusió.
Avui he tingut malament de cap i suposo que és per això, perquè vaig pensar molt, vaig sentir molt, vaig atabalar-me amb molts pensaments. Dies enrere vaig demanar algun senyal per a poder definir el meu present i mai vaig imaginar que feia el català i en català quan trobaría el indici, peró estic contenta, estic tranquil·la perquè estic creixent.

PD, Perdó pels errors que segur hi ha.

viernes, 31 de julio de 2009

¿Qué le pasa al sexo masculino?


Yo no sé si es el siglo XXI, la globalización o es que las mamás del siglo XX les trasmitieron a sus hijos tanto miedo al compromiso que hoy por hoy los hombres están más asustados que nunca. Les cuesta estar solos pero quieren estar solos, no quieren exigencias pero exigen, no tienen ganas de dar pero sí quieren recibir, no les gustan las mujeres sumisas pero tampoco las que tengan los pies bien plantados en sí mismas porque creen que no necesitarán de ellos, quieren manejar la situación pero cuando no la manejan por primera vez se sienten relajados en su masculinidad, quieren que la mujer progrese pero que no les haga sombra, quieren tener hijos pero que los cuiden sus esposas, quieren tener una casa pero que las decoren sus mujeres, quieren que les enseñen pero no quieren aprender, quieren ser los mejores amantes pero no tienen ganas de cuidar los detalles. Ellos quieren, ellos esperan, ellos reciben para postergar para mañana lo que hoy es indefectiblemente necesario y luego pierden lo que no se recupera y es ahí cuando ya no hay vuelta atrás.
Entonces, los llamo a la reflexión si es que se puede reflexionar sin que se crean que es un terreno femenino que no quieren cruzar. Los llamo al análisis si es que esto no les trae algún complejo de superioridad práctica. Los impulso a ser más sensibles con los demás para que no se ubiquen sólo en el centro del universo masculino. Les recuerdo que no son el sol del sistema solar y que aunque parezcamos de Marte las mujeres tenemos la capacidad de girar alrededor de una familia y también sobre nosotras mismas para edificarnos cada día y continuar.

lunes, 20 de julio de 2009

Día del Amigo


Hoy el día del amigo me “pilla” del otro lado, del lado en el que empecé a festejarlo y supe que existía. Aunque a través de los años sé que no hay lugar para celebrar un día como este porque los amigos se encuentran en todos los rincones, en cada jardín donde recojemos flores para continuar el camino, porque cada cuál nos aporta un grano de felicidad para sentirnos vivos y una energía abierta para compartir. Gracias por ser parte de mi jardín!

¡Los quiero mucho!

martes, 14 de julio de 2009

Luna llena




Ha tocado el alma en luna llena
Para beberse el vino de las arterias,
Ha subido a la montaña de las quimeras
Para escalar cada ocaso de las mareas.
Ha desayunado sol en la vereda
Y se ha tomado el agua en cada siesta
Mientras la libertad repara en una acequia
Y la nieve de julio limpia las ideas.
Ha abrazado a la brisa fresca
Acariciando sus ramas de ternura,
Ha subido al árbol de hojas nuevas
Para despertar dormida a la locura.
Ha sabido nacer desde la fuerza
Que impulsa sus días de tormenta.
Ha sacado a pasear las tempestades
Que organizan su mundo de siluetas.
Ha soñado tomarse de la mano
Conquistando así lejanas tierras
Para jugar a la ruleta de la suerte
Para apostar por ella y convencerla.

martes, 30 de junio de 2009

Día para recordar

29 de junio, día de digestión política y ciudadana, día de celebración de la democracia y la pluralidad, día de esperanza y sonrisas en la cara, día de cambio y medidas preventivas, día de victorias y derrotas, día de golpe de Estado, día de gripe A, día de avión caído, día en contra de la discriminación, día para recordar.
Dicen que la vida tiene una de cal y una de arena y el día de ayer así lo representa. De esta manera comemos el pan de cada día intentando saborear el azúcar que nos endulce el resto del plato.
Argentina tiene un nuevo mapa político, un nuevo Congreso, una nueva esperanza de cambio, una nueva iniciativa de reconstrucción, nuevas voces, nuevas individualidades, nuevos intentos. A ver si esta vez salimos de la gripe, de las derrotas, de las caídas, de las discriminaciones, de los golpes a cada estado de situación. A ver si logramos levantarnos con un proyecto, una unión, un acuerdo, un diálogo, un entendimiento y dejamos en la vereda de enfrente nuestros propósitos más mezquinos para pensar con la cabeza lo que nuestro sanguíneo corazón no nos permite. A ver si maduramos de este esquema de descreimiento representativo, de este cuadro de falta de ideales, de esta reptil manera de movernos, de esta sensación intrínseca de lo imposible para pasar de pantalla, para entrar en otra fase, para crecer. Somos un país tan adolescente que siempre nos encontramos con los mismos grandes problemas y las mismas púberes soluciones. No reincidamos otra vez porque no pondremos salir de la pandemia. Apelemos a la inteligencia para actuar, contemos hasta diez antes de abrir la boca, seamos coherentes con nuestras pequeñas acciones cotidianas y sobre todo responsables de cada una de nuestras decisiones, entonces así jugaremos con las probabilidades más claras o por lo menos más predecibles. En definitiva seamos libres para elegir, libres para conocer, libres para respetar, libres para preservar, libres para vivir.

viernes, 26 de junio de 2009

La Tercera Guerra Mundial

El otro día escuché a un profesional de la comunicación que hablaba de la “era del vacío”, “del crepúsculo del poder”, “del fin de las distancias físicas”, “del mundo del sin sentido”, de la falta que nos hace encontrarnos, tocarnos, vivirnos. Las noticias nos chocan, nos vomitan en la cara, se regodean en la miseria, se sexocontagian y se transforman en superficialidad para esconder la falta de significado. Se violentan, se deprimen, se suicidan a través de distintos medios: prensa, radio, TV, MP3, MP4, móviles/celulares, YouTube, Facebook, My Space; Internet toda. Un infarto acaba en los Ángeles con la vida de Michael Jackson, Las fiestas de Berlusconi eran como estar en un harén, El Gobernador de Carolina del Sur desapareció durante 5 días para probar carne argentina, La gripe A ya es pandemia, Kirchner no fue al Gran Cuñado pero habló con Tinelli al final del programa, Finaliza la campaña electoral. Y en este tutti fruti de palabras se cocina una tarta de la realidad que comemos a mordiscos sin hacer la digestión. Nos la engullimos entera, por partes y de cada porción hacemos nuestra propia lectura. Resulta que ya no nos acordamos del protocolo para sentarnos a la mesa y disfrutar de la cena porque estamos invitados al Cambalache del siglo XXI, al Guernica de la globalización, al Holocausto de intereses, a la Tercera Guerra Mundial, la mediática, la de las intimidades ventiladas, la de los espacios usurpados, la de los respetos transgredidos, la de los tiempos inmediatos.
Y el diálogo, el entendimiento, la diplomacia parecen asignaturas previas que nunca alcanzamos a pasar porque nos olvidamos de palparnos, de mirarnos, de conocernos, de construirnos bajo ingredientes que hagan del universo un lugar para lo humano.

jueves, 25 de junio de 2009

Editorial

Hace tiempo tengo ganas de mostrar las cosas que escribo, las diferencias y coincidencias que recojo en cada situación que transito y las ópticas con las que cuento para mirar el mundo. Pero hasta el momento creí que un espacio en Windows Live o mi perfil de Facebook cumplirían con esta inquietud y entusiasmo de periodista que me caracteriza, pero no lo han logrado. Así que aquí estoy presentándoles un nuevo espacio de discusión, una nueva cocina de la realidad, una nueva comida para disfrutar: Tarta de palabras. Elegí este nombre para integrar todos los elementos que me identifican. Lo de tarta es porque soy argentina, es una de nuestras comidas típicas y tal vez la que mejor cocino. Este plato tiene la particularidad de componer distintos ingredientes de acuerdo a lo que tenemos en la heladera/nevera (llámese también cabeza/corazón). Un día comemos tarta de jamón y queso, otro de choclo/maíz, otro de pollo, otro de zapallitos, otro de atún, otro de puerro, etc. Esto demuestra la diversidad, el dinamismo y la espontaneidad con la que contamos los argentinos. Somos un crisol de ingredientes ciclotímicos que se cocinan en un santiamén para saciar los estómagos de los demás. Yo intentaré contribuir a saciar el de ustedes, usando mi mejor costado inteligente, mi mejor perfil crítico, mis mejores palabras. ¡Bienvenid@s a Tarta de palabras!