Gaviota by Garamante (Gustavo Bertero) http://garamante.shutterchance.com/ |
Hoy hace 13 años que llegué por primera vez a Barcelona,
España, de Córdoba, Argentina, en un avión que portaba mucho más que ilusiones.
Altas expectativas, la formación profesional y personal como principales pilares
y el desafío de vivir con el hasta ese momento mi novio, hoy actual marido, que
ya vivía aquí desde hacía un año.
Parece la introducción de una historia, cualquier historia,
en este caso, la mía. Océano de por medio e infinidad de vivencias; la vida me
sigue encontrando en Barcelona.
Y no sé si profesional o laboralmente he logrado la mínima
parte de lo que venía a buscar pero os aseguro que la búsqueda sigue en pie, al
pie del cañón como desde entonces porque mis años han sido más fructíferos
quizás en el ámbito personal y social, cosa que no todos tienen la satisfacción
de afirmar, pero sigo aquí esperando más.
Dicen que para encontrar el trabajo de tu vida debes
rodearte de la gente indicada, lo que los coaches
llaman “networking”, no sé mi red profesional es la que debería tener pero
sí sé que la personal la he intentado cuidar siempre para que me mantenga en
pie y me dé aliento cuando yo sienta no tener fuerzas.
Dicen que cada uno vive en su propio huso horario, en su
propio tiempo, a su ritmo, evolucionando paso a paso, supongo que así lo voy
haciendo con el intelecto y el corazón motivados, no creo en uno sin el otro. Y
en ese equilibrio he resuelto mis partidas y mis llegadas, mis sí y mis no,
guiada por la intuición y escuchándome.
Algo importante se está cociendo para mí, lo respiro en el
aire y aunque sea un sueño me alimenta para seguir. Sé que es ésta la actitud
para creer en mis posibilidades, para dar lo que tengo reservado, para
demostrarme mucho más que hasta el momento. El camino es éste y estoy
convencida que todo llega.
Empiezo este otoño en el norte querida por una primavera
del sur y como una conjunción eterna soy, simplemente fiel a los mundos que me
hicieron. Tengo el impulso latino y el orden “viejomundista” del europeo; la
improvisación, la creatividad y la flexibilidad de quien ha crecido con las
crisis y los cambios; la organización, el detalle y los objetivos claros para
funcionar bajo la presión de un sistema que no deja lugar a la duda, aunque
tenga fugas.
A veces me odio por amar tanto la perfección, esa que no
está en ninguna parte y en el esfuerzo por relajarme encuentro la serenidad de
mis imperfecciones. Así de contradictorio se erige el día a día y yo libre
pienso en el próximo vuelo.
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