15:15 horas. Atenas, Grecia, retorna
a Barcelona en vuelo directo un grupo de voluntarios que desde hace una semana ayudan
a montar una clínica odontológica ambulante en los squads, escuelas y hospitales ocupados por refugiados, mediante la
intervención de la ONG Acción Planetaria que lo hace posible gracias a la caridad
de personas que ponen su granito de arena, una pequeña parte de su vida para
hacer menos duro el dolor y “contribuir a ayudarnos entre todos”.
Waleed se abraza a Sandra para no soltarse jamás. Le duele el alma y ha encontrado el refugio que mitiga su dolor y como un bálsamo de aire fresco respira otra energía limpia y parecida al amor. Waleed tiene 4 años y 3 largos minutos de un abrazo interminable como de una mamá. Sandra es Sandra Broch, odontóloga, propietaria y trabajadora de la Clínica Broch Dental del Carrer Fortuny número 9 de Hospitalet de Llobregat, Barcelona, madre de tres hijos, ex jugadora profesional de baloncesto y una chica apasionada si las hay. Mireia Morera, su compañera de trabajo, colega como odontopediatra también en la Clínica Broch, dulce y emocionada hasta las lágrimas mira esta escena desde la proximidad del trabajo improvisado y alentado por las necesidades que allí están y no hay tiempo que perder. Laura Benedi, fotógrafa, amiga de ambas, documenta cada retazo de una experiencia brutal e inolvidable y la imagen de Waleed abrazado al amor golpea su objetivo para mostrarnos la realidad.
Siria llora una guerra civil casi
6 años después y los refugiados siguen esperando que las administraciones se
pongan de acuerdo para saber qué hacer con ellos, mientras mueren en los
intentos por sobrevivir. Las ONGs son los organismos paliativos del dolor y los
voluntarios esos instrumentos de sanación del cuerpo y del espíritu, pequeñísimos
instantes de humanidad hechos materia.
Los voluntarios que vuelven
hoy a Barcelona han tenido intensas jornadas de trabajo, desde las 9 o 10 de la
mañana a les 17 o 18 horas de la tarde arreglando bocas, repartiendo amor en
forma de ositos de tela, reconstruyendo sonrisas y sabiendo que la vida no se
mide por las cosas materiales que tengas sino por las memorias que creas, según
sus posteos en las redes sociales.
“Queríamos hacer algo, sabemos
que no arreglamos nada de la situación pero que hemos entregado un pedacito de
nuestras vidas para intentar ayudarnos entre todos y tirar para adelante. Somos
un grupo heterogéneo que no nos conocíamos de nada, algunos de la profesión de odontología y otros que no pero que ayudamos igualmente y hoy volvemos
convencidos de que han sido las vacaciones mejor invertidas”, así se despedían los
voluntarios de Atenas anoche mirando el Acrópolis y repasando cada sonrisa
conquistada que llenaron estos días dolorosos y felices.
Vídeo de un momento de felicidad compartida
Guerra de Siria en 5 minutos https://www.youtube.com/watch?v=DDOhQuH_ggE
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