viernes, 18 de abril de 2014

Homenaje a Gabo

“Fermina Daza despidió a la mayoría junto al altar, pero acompañó al último grupo de amigos íntimos hasta la puerta de la calle, para cerrarla ella misma, como lo había hecho siempre. Se disponía a hacerlo con el último aliento, cuando vio a Florentino Ariza vestido de luto en el centro de la sala desierta. Se alegró, porque hacía muchos años que lo había borrado de su vida, y era la primera vez que lo veía a conciencia depurado por el olvido. Pero antes de que pudiera agradecerle la visita, él se puso el sombrero en el sitio del corazón, trémulo y digno, y reventó el absceso que había sido el sustento de su vida.

-Fermina -le dijo-: he esperado esta ocasión durante más de medio siglo, para repetirle una vez más el juramento de mi fidelidad eterna y mi amor para siempre.” El amor en los tiempos del cólera, Gabriel García Márquez.

Gracias Gabo por los instantes hipnotizados que le has regalado a la humanidad, gracias por hacer mágica la realidad de lo auténtico, gracias por perpetrar historias tan simples y tan importantes para la literatura, gracias por vivir para contarlas y morir en la intimidad entre los grandes.

Un Jueves Santo como preludio de muerte tu alma se fue a escribir a otro Macondo en libertad, a encontrar algún platanero de amor tropical o una puta triste para consolar de sus cien años de soledad.

No dejes de contarle al doctor Urbino que otros cóleras acechan a los hombres posmodernos hoy de Rusia y EEUU, mientras la nostalgia de los Buendía se instaura en el mundo por un ferri hundido en Corea del Sur y Fermina Daza no es la única de luto porque todos sentimos el eco de tu partida.

¡Vuelve por favor en cada agosto para recordarnos el calor de tus palabras, nos vemos pronto querido!