Querida
mamá:
El próximo domingo 5 de mayo es el Día de la Madre en
España y hoy como tantas veces me desperté pensando en ti. Aunque para mí no
haya un día para recordarte porque siempre hay un motivo para sentirte cerca, es
un buen momento para agradecerle a la vida el haberte tenido y de alguna manera
continuar contando contigo.
Desde que soy mamá pienso en la importancia suprema que
tiene esta maravillosa y difícil función. No he podido dejar de reflejarme en
tus acciones, tus palabras y tus gestos mirándome al espejo y reconociéndote.
De pequeños y grandes detalles está hecha la felicidad y
de esos me sujeto fuertemente para disfrutar mis días, pasar las tormentas y
salir fortalecida. Me serena no estar esperando nada extraordinario, sino
sacarle el jugo a lo extraordinario de los días y vivir en consecuencia. Ésa
fue una de tus tan preciadas enseñanzas que creo recién ahora comienzo a
entender.
Recuerdo tu temor por equivocarte y hasta el final de tu
vida las disculpas por “haberlo hecho lo mejor posible”. Lo mismo pretendo que
no es poco, pero con la seguridad de que aunque lo intente seguro me estaré
equivocando.
Ser mamá es uno de las tareas más arriesgadas a las que me
he expuesto, justamente porque siempre existirá el riesgo de lo que no está en
mis manos.
Pero también de las cosas que no están en mis manos he
aprendido. Sé que no estás físicamente pero tienes trabajando a un arsenal de
emisarias en la tierra que me traen tus voces para amarme, para aconsejarme,
para tranquilizarme, para abrazarme, para calmarme, porque aunque crezca todo esto
siempre será necesario.
Gracias por haberme enseñado a amar, a sembrar para luego
recoger, a buscar para encontrar, a mirar para ver, a sentir, a pensar, a
pintar de color el mundo cuando parezca en blanco y negro, a luchar y continuar
de pie porque muchas mejores cosas vendrán.
Gracias por ponerme en el camino a todas las estupendas
mujeres de mi vida que completan nuestro vínculo más allá del cielo y la
tierra, ida y vuelta un millón de veces.
¡Te quiero mucho mamá!
Carla